lunes, 11 de junio de 2012

"Otaku Hiyori"

Nombre: Otaku Hiyori

Apodo:

Descripción física/imagen:

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Historia:

La joven doncella de batalla Otaku Hiyori cabalgaba disfrutando de las refrescantes gotas que le golpeaban el rostro. Había soltado las riendas, formado una cruz con sus brazos, y cerrado los ojos, sintiéndose una con su yegua “Sombra Aulladora”. Durante unos instantes todas las sombras de preocupación desaparecieron de su rostro, dando paso a una infantil sonrisa que casi había olvidado dibujar. Pero el pasado nunca la dejaba descansar.
-    “Hiyori-sama”. – La voz de su hermano devolvió a la realidad a la joven doncella de batalla, y produjo un relincho en “Sombra Aulladora”. – “Me ha costado encontrarte, pensé que estarías descansando el día antes de tu Gempukku.”
-    “¿De que sirve estar tumbada cuando es imposible conciliar el sueño? Deberías saber de lo que hablo.” – Las palabras de Hiyori eran más cortantes que el acero más afilado.
-    “¿Acaso no vas a perdonarme nunca?” – Yokiro sonrió a pesar de la sutil crítica y recuerdo de sus errores. – “Se que siempre has sido perfecta. La perfecta hija, que ha dado honor a su familia. La perfecta hermana, que se apiadó de su deshonroso hermano y se batió en duelo a pesar de mis errores, la perfecta Doncella de Batalla, la que cabalga más rápido y la más letal con la espada. Quizás te hayas quedado con toda la perfección que, – hizo una pequeña pausa – nuestros padres tenían para nosotros, dejándome a mí los mayores defectos y todo el deshonor.”
-    “¿Tan cobarde eres, acaso no eres capaz de reconocer tus propios errores? ¿Tan esquivo te es el honor?”
-    “Si hermanita, el honor me ha sido esquivo en mi vida. Soy el hijo barón de una importante Doncella de Batalla. Soy el amante despreciado de un amor imposible. Soy un samurái tullido, sin ingenio para ejercer de cortesano ni un brazo capaz de volver a esgrimir su katana.” – El ronin miraba su desagradable cicatriz, que casi le había cercenado su brazo derecho en un accidente con un caballo. Se había quitado la máscara de cordialidad, y la doncella de batalla lo supo por el cambio de tono de voz. – “Solo quería verte en el importante día que será para ti mañana. Veo que no soy bien recibido, así que me marcharé” – Hizo una última pausa – “Hermana menor”.
La doncella de batalla vio por un segundo al hermano con quien había compartido una infancia. Recordó las tardes jugando a samuráis, recordó la gran habilidad de su hermano con el manejo de palos que simulaban ser katanas, y recordó su cara de decepción y su llanto de impotencia cuando el shugenja le dijo que habían tardado demasiado en atenderlo, que no podría recuperar el vigor de su brazo derecho. No pudo evitar decir su nombre en voz alta, viendo como su hermano se paró sin girar si quiera el rostro. Muchas fueron las palabras que le surgieron a su mente, pero tan solo fue capaz de decir: “…adiós…”
Al día siguiente se celebró la ceremonia del Gempukku. Todas las miradas estaban puestas en ella, pues todos los asistentes conocían los hechos recientes, y dudaban del honor de la doncella de batalla, que se había batido en duelo con un hombre de mayor posición, por defender el inexistente honor de su hermano, un samurái tullido, ahora desterrado. En el duelo, la joven había luchado con fiereza, con determinación y demostrando una habilidad con su arma muy superior a la de cualquier doncella de batalla de su edad. Su adversario, el desagradable  hijo de un cortesano de buen renombre, no fue rival para ella. Sin embargo no hubo honor en su victoria, pues no había honor en la razón que la había llevado a luchar. La favorita del clan era escrutada por ojos que deseaban verla caer esta noche. Solo unos pocos rezaban para lo consiguiese, pese a las adversidades.
Sin lugar a dudas, el Gempukku fue de una dificultad muy superior a la esperada. Retos difíciles, incluso injustos, que eran superados por la notable doncella, que empezaba a demostrar un cansancio que amenazaba con hacerla fracasar. Aun así Hiyori triunfó en el día de su Gempukku, superando con notable destreza cada prueba de fuerza, habilidad, duelo y pruebas de honor a las que fue sometida, siendo la mejor jinete vista en años, y consiguiendo que algunos de los que la observaran con desprecio al inicio del día, acudieran para felicitarla por tan fantástica exhibición, con admiración en sus ojos. Hoy solo había sido una de las muchas pruebas que necesitaría superar para recuperar el honor y la confianza que su propio hermano le había robado con sus insensateces y sus líos de faldas con quien no debía.
Los días siguientes fueron desesperantes para la joven doncella de batalla. El rival y enemigo con el que le había obsequiado su hermano, se encargó de mover los hilos suficientes como para dejarla lejos  de cualquier oportunidad de obtener la gloria que ansiaba. Solo los largos paseos sobre “sombra aulladora” conseguían apaciguar su impetuoso temperamento y sus ansias de alcanzar la gloria. Pero los días pasaban lentos, interminablemente lentos.
Los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses y los meses en años, y exceptuando alguna misión sin importancia, en territorio Unicornio, ninguna tarea le había dado la oportunidad de honrar su nombre. Sin embargo, su castigo no podía ser eterno, y ahora una oportunidad ilumina su esperanza. Una oportunidad de recuperar el honor perdido, y alcanzar la gloria robada.
Eventos importantes de la historia.
-    Hiyori pertenece en realidad a una familia Heimin. Su madre murió al nacer esta, y su padre falleció cuando ella aún no alcanzaba su primer año, a causa de una enfermedad. Sus padres, y en consecuencia esta, eran Bonge (pueblo llano) pero al morir estos, Hiyori fue acogida y adoptada por Kinaro, a quien su padre había salvado convirtiéndose en su mejor amigo, y Anare, mujer de Kinaro, samurái-ko del clan Unicornio y Doncella de Batalla. Esta pareja de samuráis simularon un viaje largo, de 5 años, para ocultar la imposible aparición de una hija. Kinaro y Anare tenían un hijo varón, pero siempre habían deseado, en especial Anare, una hija.
-    La historia de sombra aulladora es especial. Desde el accidente de su hermano, del que Hiyori se siente culpable en parte (estaban jugando juntos cuando ocurrió) cada año Hiyori acudía al bosque, buscando consuelo en su soledad. Cuando tenía 12 años (13 en realidad), y ya había entrado en la escuela de doncellas de batalla, volvió a adentrarse en el bosque, pero se adentró más que nunca y acabó perdiéndose. Le alcanzó la noche, y del bosque le llegaron el aullido de una manada de lobos. Se creía perdida, y cuando vio moverse los arbustos, cerró los ojos, deseando no ver como la bestia salvaje se abalanzaba sobre ella. En lugar de ello, un pequeño potro le golpeó con su cabeza en el hombro. Una sombra negra en medio del bosque que había surgido entre los aullidos de los lobos. La joven Hiyori vio el miedo del potrillo, y como había visto hacer a su madre adoptiva Anare, le acarició el hocico mientras le susurraba. “No tengas miedo, pequeño, ahora nunca más estarás solo”. La sorpresa del pueblo fue mayor cuando al salir a buscar a la niña, la encontraron con el potro. Aunque no estaba en el protocolo, le permitieron quedarse con el potro, preguntándose de donde podría haber salido… nunca lo supieron. Hiyori llamó a la yegua “Sombra Aulladora”, en honor al día en que se conocieron.
-    Su hermano Yokiro fue acusado un día de haber intimado con la prometida del hijo de un importante cortesano del clan. Amoro, el joven hijo del cortesano, a penas un año mayor que Hiyori, acuso abiertamente a Yokiro, quien negó los hechos. Hiyori retó a Amoro para limpiar el nombre de su hermano y el de su propia familia, viendo que su hermano negaba estos hechos, en un acto impulsivo que le costaría caro. Su triunfo humilló a Amoro, granjeándose su odio eterno, y no sirvió para nada cuando la joven prometida de Amoro acuso a Yokiro de haberla intentado cortejar, eliminando su parte de culpa y rompiendo el corazón de Yokiro, que no pudo evitar gritar: “me prometiste que huiríamos juntos…” sin darse cuenta de que estaba reconociendo los hechos.
-    Solo la voz de Kinaro y Anare permitieron que el castigo no fuese mayor que la de expulsar a Yokiro a su suerte, lejos de tierras Unicornio, desterrado, como Ronin. Aún así, Amoro y su padre no han visto su humillación vengada… por ahora Hiyori es la más cercana.
 


Ambiciones del personaje a largo plazo:

 - Su objetivo a más largo plazo es alcanzar la gloria. Vive bajo la sombra de su madre, que con su edad ya dirigía una patrulla Unicornio, un honor que le es esquivo a causa de los errores de su hermano.

Objetivos directos del personaje:

 - Expiar los errores de su hermano, y los suyos propios, y conseguir la tregua con los cortesanos de clan unicorinio (Amoro y su padre) que le impiden alcanzar sus objetivos.
 - Sabe que sus padres esconden un secreto bien guardado que la incumbe, desea conocerlo.
 - Conseguir llamar la atención del Daymio Unicornio, y conseguir se lider de patrulla o un honor similar.

Enemigos del personaje (por su parte):
Amoro y su padre. (mirar historia).
 
Aliados / contactos del personaje (por su parte):
...

Vínculos familiares, familia que aún queda viva, donde se encuentra, venganza por algún altercado contra su familia etc.:
 - Otaku Anare. Su madre adoptivo, una samurai-ko, doncella de batalla, de gran renombre y gloria. Los actos de su hijo varón la han ensombrecido en los últimos años, pero aún goza de gran honor. Ella misma pidió que su propio hijo fuese desterrado del clan. En estos momentos es una ¿teniente? del clan, y el Daymio recurre a ella para importantes misiones, conociendo su alto sentido del honor y capacidades para la táctica y la estrategia.

- Otaku Kinaro. Su padre adoptivo, un samurai bushi del clan Unicornio. Ha aceptado su lugar en el clan, a la sombra de su esposa, con honor. Es un buen guerrero de gran sentido del honor incapaz de destacar entre otros muchos samurais en su situación. Fue por él (y por el deseo de su esposa de tener una hija, algo que les era imposible por dificultades en su primer parto) por lo que Hiyori ha tenido una oportunidad. Él fue quien decidió adoptar a la hija de un amigo que le había salvado la vida, conocedor de que si se llegase a conocer este hecho, las consecuencias serían terribles.

- Yokiro. Hermano adoptivo de Hiyori. Sabe el secreto de que es adoptada, pero ama a sus padres (a pesar de creerse no correspondido) y a su hermana, jamas desvelaría el secreto. Aún así a veces culpa a Hiyori de sus desgracias. Se enamoró desde muy joven de la hija de un cortesano, y cuando la prometieron con el hijo de otro cortesano, ambos jovenes desistieron de abandonar su amor. Iban a huir juntos, pero Amoro descubrió el romance y para no perder honor su amada lo traicionó, diciendo que Yokiro había estado intentando cortejarla. Yokiro aceptó toda la culpa y fue desterrado. Un accidente le dejó casi inutil su brazo derecho, pero aunque todo el mundo lo desconoce ha aprendido a usar la katana con su brazo izquierdo, aún mejor que con el derecho.

- Yintaro. Este samurái del clan Unicornio siente algo fuerte por Hiyori, un amor aún no correspondido. Hiyori lo ve como un hermano mayor, y lo quiere con locura, pero no siente un deseo sexual hacia el guerrero. En los momentos dificiles Hiyori siempre ha acudido a Yintaro, a quien conoce desde que volvió con su familia cuando tenia 5 años (en realidad 6, este fue el viaje para ocultar que fue adoptada)

Hazañas del personaje:
ninguna... TODAVIAAAAA...

Otros datos de interes

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